Recordé el momento aquel, en donde la
impotencia de no poder llorar fue el trago más dulce,
Recordé en medio de este silencio estruendoso
las porquerías que un día negaste con esas mentiras tan paupérrimas que no
podían persuadir ni aun ingenuo.
No pidas perdón porque yo fui peor,
no valía confesártelo, no valía decirte la verdad, no te importaría en lo
absoluto, eras tan fácil de persuadir que terminabas confesando detalladamente
las porquerías que hacías.
No pidas perdón porque nunca quisiste
hacerlo, sin embargo siempre quisiste seguir haciéndolo.
No niegues lo que todo mundo conoce,
no digas la verdad cuando tu verdad solo son mentiras,
Lloras sin sentimiento alguno, son
lágrimas pintadas en tu rostro lo sé y en medio de esta soledad creas quimeras
que son más reales que el universo.
Sentados en aquel lugar de siempre el
viento arrastra aquellas carcajadas, cuando de pronto confesaste tu verdadero
nombre “Lady”, ironía del destino.
No lo expliques más, no me pidas que
regrese, no pidas más compañía, no pidas una noche más que no sentías placer
alguno, no pidas más.
Solo no expliques si no hay nada que
explicar.
Llora si así lo deseas, crea con tu
imaginación tan estúpida, sigue intentando cambiar cuando tu vida solo es un
circulo donde nadie está a salvo, sigue siendo la puta con la sonrisa más tierna,
y ahora solo gracias por ser aquella puta que nunca quise tener.
Concluyo confesándote que no pude
guardar más tu secreto, y al final de ese estúpido poema solo quiero decirte adiós.
Krizz
