Cuando creí que la vida era dura, la conocí
realmente, cuando decidí crear poesía, comencé a relatar la historia más triste
y frívola que jamás debí escribir. Que estupidez la mía, creía conocer lo más
difícil, cuando solo conocía lo más fácil, creía conocer lo más insólito, pero
solo conocía lo más común de la vida.
Quise llorar, lo recuerdo perfectamente, pero mis
ojos se cerraban y creaban una represa… una represa tan grande que terminó ahogándome
internamente, intenté calmarme, intenté serenarme, intenté apaciguar mi espíritu,
pero mis latidos se hacían cada vez más fuertes, cada vez más rápidos, sentía
que mis arterías reventarían en el momento menos esperado, comencé a gotear,
pero las gotas no eran lágrimas, eran sudor, pero un sudor tan frio que jamás
creí expulsar de mi cuerpo, temblaba, y mis lagrimas seguían estancándose en mi
interior, y mi cuerpo seguía temblando, era como si el escalofrío más terrible
de toda la vida se había apoderado de mi, era el gobernador en ese instante de
mi espíritu, cuerpo y alma, tenía miedo, pero no un miedo cualquiera, era un
miedo insólito, un miedo extraño, un miedo que solo aparecía en el pensamiento,
tan siniestro que se rencarnaba en cada palabra que mi frágil mente creaba.
En este instante de tiempo dado, ya nada importa,
todo ha sido consumado, o tal vez todo aún siga su proceso, quiero soñar, pero
al soñar por tan solo dos minutos, mi subconsciente me juega una mala pasada, vuelve
aquel momento en una pesadilla, vuelve aquel sueño que suponía debía ser lo más
placentero, en lo más terrible, en lo más siniestro. No puedo despertar, mis
ojos luchan, pero mi subconsciente es más fuerte, es obvio, estamos en su
mundo, estamos en aquel mundo que le es muy fácil gobernar, de pronto la
pesadilla me asusta, me asusta tanto que grito en silencio, corro estando
echado, vuelo estando sentado, miro sin abrir mis ojos… es muy extraño, es muy
irónico, pero estoy en la pesadilla más tenebrosa que ni de niño me había
asustado. Estoy gritando nuevamente, estoy mirando y estoy pidiendo perdón, soy
yo, estoy frente a frente, pero es extraño, me veo echado, me veo temblando en
una cama, estoy sufriendo, lo noto claro…
Han pasado uno que otro día desde que empecé a
tener la misma pesadilla, aún convivo con lo hecho, aún sé que fue un gran error
aceptar aquella solicitud, aún sé que todo lo que hago es por mi inmadurez,
pero ya nada importa, estoy aprendiendo de esos errores, estoy comprendiendo
que aquellas caídas en estos abismos me ayudarán a crecer, saltaré tan alto que
olvidaré aquellos abismos, ya he tenido tropiezos que me han lastimado, ya había
conocido el sufrimiento, como olvidar aquella vez que un simple beso me destrozó
el alma, como olvidar que con ese beso pude encarar muchas cosas, la vida es
tan simple, tan simple como secar todo el agua de los océanos, tan simple como
apagar al sol, la simpleza de la vida es la complejidad del ser humano, yo me
entiendo, pero tal vez el que me lee no lo entienda, tal vez nadie esté leyendo
esto, no importa, la verdad es que solo lo escribo para poder despejar mi
mente, para plasmar todo mi sufrimiento en este relato que debió ser poesía,
para poder dejar acá esta pesadilla.
Hoy me he convertido en un fénix, hoy morí, pero
también hoy he renacido de las cenizas, el día de hoy me he prometido hacer
todo bien. Quiero estar seguro de que todo cambiará, quiero creer que mi
palabra vale, quiero creer que mis errores serán mi base, solo quiero creer en
un futuro, solo quiero creer en mi y en la supervivencia de la vida.
Algo pasa, pasa que aún recuerdo todo, aún está
fresco, tan fresco como una fruta que recién cae de un árbol, aún estoy
despierto, pero siento que sigo en mi pesadilla, aún siento que esta pesadilla
durará un largo tiempo, pero no quiero pensar en ello, ya son las 12:34 de un
nuevo día, ya he perdido un día más de vida, no sé cuantos días, cuantos años,
cuantos lustros me queden de vida, no quiero contarlos, no quiero imaginarlos,
porque quiero vivir por siempre, quiero ser el espíritu que siempre deambule
por los corazones de las personas que en algún momento me amaron o quisieron,
quiero terminar de relatar estoy que nunca quise relatar, esto que empezó con
una poesía pero que terminó siendo un relato, un relato que ha divagado desde
principio a fin, no tengo palabras, lo único que quiero ahora es que la
pesadilla que jamás creí soñar despierto, acabe.
Krizz