¿Quién dijo que escribir era lo más
sencillo del mundo?
¿Quién creyó que relatar los hechos
se volverían en una suma de cero más cero?
¿Quién se atrevió a afirmar que la
poesía nace de una musa?
¿Quién fue el imprudente que nos hizo
creer que todos podríamos ser poetas?
Quien soy yo para relatar si cuando
comienzo busco guiarme de algún grande,
Quién soy yo para componer si cuando
intento inspirarme necesito de la nicotina,
Quién soy yo para nombrar a Benedetti,
quién me enseño a relatar con coherencia, basándome en imprudencias de la
naturaleza.
Quién soy yo para nombrar a Neruda, quién
me enseño a relatar con mensajes subliminales, donde solo existe la metáfora.
Pero como compararme con poetas si ni
siquiera soy uno de ellos.
Como intentar llamarme poeta si
siempre odié la literatura.
Ya pasaron dos horas y lo único que
he compuesto son oraciones cortas y sin sentidos.
No puedo afirmar que alguien llegará
hasta estas líneas, si el principio se torna aburrido.
Pero mientras más avanzo, menos me
importa, es tiempo de crear lo que solo yo entiendo,
Es tiempo de relatar lo que tan solo
algunos leerán, es tiempo de creer en los lectores que creen en lectores.
Es todo un lio, pero es mi lio, y me
pregunto ¿quién soy yo?